Retardar la progresión de la miopía es cuestión de salud. Un tratamiento aplicado a tiempo puede evitar, con la edad, el uso de gafas correctoras gruesas o problemas oculares más graves, como el desarrollo precoz de cataratas o incluso el desprendimiento de retina.
Cuando le diagnostican miopía a tu hijo o hija, la primera impresión puede ser de preocupación. Lo primero en que sueles pensar es si hay alguna manera de controlar el problema para que no vaya a más y la buena noticia es que sí, existen tratamientos eficaces para el control de la miopía.
La miopía se desarolla, porque el ojo crece (el eje anteposterior se alarga) los tejidos oculares se estiran y la retina se adelgaza. Actualmente disponemos de distintas opciones para controlar este proceso.
¿Por qué controlar la miopía?
La miopía no controlada puede derivar en enfermedades que comprometen el sentido de la vista.
Si se convierte en miopía magna, superando las 6 dioptrías, produce un alargamiento posterior del globo ocular y adelgazamiento de las paredes del ojo; que tendría como consecuencia la rotura y/o desprendimiento de la retina, catarata, alteración de la mácula o glaucoma.
¿Cómo se puede controlar la miopía?
Es importante saber que estos tratamientos controlan el crecimiento de la patología, aunque no la corrigen. El paciente debe en todo momento usar gafas o lentillas como parte del tratamiento.
- Pasar tiempo al aire libre puede ser eficaz, ya que la luz estimula la producción de dopamina ocular que inhibe el crecimiento del ojo. El problema es que este tratamiento sólo es eficaz cuando la miopía es incipiente y no sirve de nada, por ejemplo, si se está mirando la pantalla de un móvil.
- Existen también fármacos que ayudan a controlar la evolución de las dioptrías y el más utilizado es la atropina 0,01%. El tratamiento dura dos años y requiere la instilación de una gota diaria en ambos ojos. Otros fármacos utilizados con esta finalidad son la pirenzepina y la dopamina.
¿Qué tipo de lentes funcionan para el control y corrección de la miopía?
- Las lentes oftálmicas de desenfoque periférico se componen de una zona óptica central para corregir el error de refracción y múltiples segmentos defocus que la rodean, provocando simultáneamente visión clara y desenfoque periférico. La mayoría de estas lentes están aún en fase de pruebas, se encuentran en el mercado asiático y en España desde el mes de abril de 2021.
- Las gafas con lentes oftálmicas bifocales prismáticas se utilizan desde mediados del siglo pasado para controlar la miopía en los niños que muestran una progresión rápida de las dioptrías.
- Las lentillas de contacto blandas, de desenfoque periférico y profundidad de foco extendido son lentillas desechables que, han demostrado una alta eficacia en el control tanto de la evolución de las dioptrías como de cerca en el control de la longitud axial. Deben ser utilizadas a diario durante un mínimo de 10 horas.
- Un tratamiento muy cómodo y en auge es, sin duda, la ortoqueratología, más conocida como Orto-K. Son unas lentillas personalizadas de uso nocturno que hacen que la capa externa del ojo adapte su forma mientras dormimos. Al despertar y retirarlas, se puede disfrutar de una visión perfectamente nítida durante todo el día sin necesidad de gafas ni lentillas. Además, el moldeo de la córnea induce un desenfoque periférico que ayuda a ralentizar la evolución de las dioptrías. En algunos casos se puede prescribir un tratamiento combinado de gotas de atropina y lentes de contacto, para aunar la eficacia de ambas soluciones para el control de la miopía.
- Existen múltiples artículos de referencia en los que se analizan los estudios científicos que avalan los resultados exitosos del uso de lentillas para el control y reducción de la miopía en edades tempranas. En próximas publicaciones profundizaremos en el tema.
Evaluación profesional
En todo caso, siempre es primordial consultar con un profesional para el diagnóstico, tratamiento y control personalizado, de esta y cada patalogía que se pueda detectar.
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